PURO VIAJE

Autor: Yuniet Blanco Salas

¿En qué países la comida es tan barata que comerás como rey?

Explorar el mundo a través de su gastronomía es uno de los mayores placeres de viajar. Sin embargo, el presupuesto para comida puede ser un factor determinante a la hora de elegir un destino. Afortunadamente, existen países donde los sabores exóticos y la abundancia culinaria no tienen por qué vaciar tu bolsillo.

Estos destinos ofrecen una oportunidad única para sumergirse en la cultura local a través de sus platillos, disfrutar de experiencias gastronómicas de alta calidad y, literalmente, comer como un rey sin gastar una fortuna. La clave reside en la combinación de un costo de vida bajo, una rica tradición de comida callejera o mercados locales, y una economía que permite que los precios se mantengan accesibles tanto para locales como para visitantes.

Desde elaborados banquetes hasta sencillos pero deliciosos bocadillos, estos países demuestran que la calidad y la cantidad en la mesa no siempre están ligadas a un precio elevado.

1. Vietnam

Vietnam es un paraíso para los amantes de la comida, y su reputación de ser increíblemente asequible es bien merecida. La columna vertebral de la gastronomía vietnamita son los mercados callejeros y los pequeños puestos donde se pueden encontrar delicias a precios irrisorios. Un tazón de Pho, la icónica sopa de fideos, puede costar tan solo 1-2 dólares.

Los Banh Mi, deliciosos sándwiches vietnamitas, son aún más baratos. Incluso en restaurantes de gama media, una comida completa con bebidas rara vez supera los 10 dólares. La frescura de los ingredientes, la explosión de sabores herbáceos y picantes, y la diversidad de opciones, desde mariscos hasta carnes a la parrilla, hacen que cada comida sea una aventura.

En ciudades como Hanói o Ciudad Ho Chi Minh, es posible darse un festín con múltiples platos y postres por el precio de una sola comida modesta en muchos países occidentales. La cultura de la comida callejera está tan arraigada que cenar al aire libre, sentado en pequeños taburetes de plástico, se convierte en una experiencia cultural en sí misma, permitiendo a los viajeros interactuar con los locales y probar auténticos platillos que han pasado de generación en generación.

2. Tailandia

Tailandia es otro destino que destaca por su increíblemente barata y deliciosa comida. La comida callejera es una forma de vida aquí, y los mercados nocturnos son verdaderos santuarios culinarios donde puedes encontrar una variedad inmensa de platillos a precios que te dejarán boquiabierto.

Un Pad Thai, uno de sus platos más famosos, puede costar menos de 3 dólares. Brochetas de pollo a la parrilla, sopas picantes como Tom Yum, curries aromáticos y postres dulces se venden por solo unos pocos dólares cada uno. Incluso en restaurantes más formales, el precio de una comida completa con varias opciones es muy razonable. Ciudades como Bangkok, Chiang Mai o Phuket están repletas de opciones gastronómicas asequibles. La calidad de los ingredientes es generalmente alta y los sabores son intensos y equilibrados, con un uso magistral de hierbas y especias.

La experiencia de comer en Tailandia no solo es económica, sino también social y vibrante, con los aromas tentadores que emanan de cada puesto y el bullicio de la gente disfrutando de sus comidas al aire libre. Es un lugar donde es fácil probar una gran cantidad de platos sin preocuparse por el presupuesto.

3. México

México ofrece una de las experiencias culinarias más ricas y asequibles del mundo, especialmente si te aventuras más allá de los destinos turísticos más obvios. La comida callejera es la joya de la corona, con tacos, quesadillas, sopes, tlayudas y una infinidad de antojitos que pueden costar entre 1 y 3 dólares por porción.

En mercados locales y fondas, se pueden disfrutar comidas caseras abundantes y sabrosas por menos de 5-7 dólares. Platos como el mole, las enchiladas, los chiles rellenos o la cochinita pibil, que son complejos en su preparación y ricos en sabor, son sorprendentemente económicos.

La frescura de los ingredientes, el uso de chiles variados y la diversidad regional hacen que la gastronomía mexicana sea inagotable. Desde la Ciudad de México hasta Oaxaca o Guadalajara, cada región tiene sus especialidades y sus propios «puestos» y «mercados» que te permitirán comer auténticamente sin comprometer tu cartera.

Comer como un rey en México significa explorar su vasta oferta culinaria, probar platillos regionales y disfrutar de la calidez de su gente a través de sus sabores intensos y vibrantes.

4. Filipinas

Filipinas es un destino que sorprende gratamente por la asequibilidad de su comida, especialmente si se busca la cocina local en los «carinderias» (pequeños restaurantes locales) o mercados. Aquí, puedes encontrar platos de arroz con carne (como el popular Adobo o el Sisig) por tan solo 2-4 dólares. Los mariscos frescos son particularmente baratos en las zonas costeras, donde puedes comprar pescado o camarones y hacer que te los cocinen al instante por una tarifa mínima.

El «street food» es omnipresente, con delicias como el «isaw» (intestinos de pollo a la parrilla), «kwek-kwek» (huevos de codorniz rebozados) o «banana cue» (plátanos fritos caramelizados) que cuestan menos de un dólar. Aunque la cocina filipina puede ser menos conocida a nivel internacional que otras de la región, ofrece sabores únicos, a menudo una mezcla de influencias españolas y asiáticas, con un énfasis en lo salado, agrio y dulce.

La hospitalidad filipina a menudo se extiende a la comida, y es común que los locales compartan sus platillos. Comer en Filipinas no solo es económico, sino que también ofrece una auténtica inmersión en la vida cotidiana de las islas, donde la comida se disfruta en comunidad y con gran alegría.

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